
En esa singladura de 101 días, junto a 5 colegas visionarios y aventureros, demostró que era posible cruzar el Pacífico hasta la Polinesia con la tecnología (madera de balsa) disponible desde tiempos antiguos. La Kon-Tiki se diseñó a partir de dibujos de la época de los Conquistadores.

De casta le viene al galgo. En este caso, no es meramente cuestión de deificar lo nórdico; en este caso, y en otros similares, se trata de lo que yo llamo el espíritu humano. Sus antepasados podrían sentirse bien orgullosos de una persona así. Sus hijos también.
Más en The Kon-Tiki Museum y Thor Heyerdahl, Norwegian explorer, anthropologist and author. Merece la pena leerlo, y mejor aún si se puede pillar en alguna biblioteca una copia de su historia del viaje, "La Expedición de la Kon-Tiki" (ISBN: 84-261-0748-6).
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