domingo, mayo 31, 2009

Surtur


Un pensamiento errático.

Nieves evaporándose en niebla.
Victoria de las deidades de tierra y fuego.

Llama de fuego en la noche
el alma del hombre verdadero
extraviado
hablando lenguas
bajo una lluvia de neón
te he visto
y he pensado:
un hombre, no un engranaje,
puede que un truhán, no un engranaje.

Final de mayo,
el recuerdo de infiernos diluidos
la prsión térmica del deber en los huesos
en nuestros sesos se dibuja un árbol de lava
anticipación de un camino polvoriento;
el triunfo de los gigantes de fuego.
El quejido de la madera resquebrajada
la piedra recalentada
trabajamos con nuestras espaldas doblándose
bajo sus eslabones incandescentes surcando el aire
ser humano descendido a esclavo
es riesgo hasta para la primera estirpe.

Surtur
traeremos el poder de la escarcha
marchitaremos ty frente ígnea
enterraremos ty orgullosa espada en el hielo
invocamos la mancha del barro en el sendero
no pudiste abrasar los brotes de hierba
ni la memoria de las flores en los hombres nobles

Surtur
avanza ahora entre las doradas tardes
agosta los destinos de los hombres mientras sea ty tiempo
porque hemos recordado qué nos esperaba al final del camino
se ha escrito esa memoria en nuestra húmeda arcilla
y ahora invocamos la runa de los primeros;
nunca de nuevo en las lunas rojas del verano
nuestra estirpe conocerá el abrazo del polvo,
el hundimiento lento de la carne que perece
en el lago de magma del olvido.

jueves, marzo 05, 2009

Mystikken om den passive Sol


Caminando por una ciudad,

Esta luz que no es nativa de ningún sitio.

Sin embargo, recuerdo este aire, este cemento. Hay una nota caligrafiada en papel cuadriculado, pegada cuidadosamente contra la valla de chapa. La letra es tan minuciosa que ni siquiera parece un anuncio.

He pasado junto a un local que puede bien llamarse hogar (sin duda lo es para algunos). Ese privilegio, poder llamarse hogar, se gana de una forma turbia e indeterminada. Nadie cuenta las horas que se van amontonando sobre los cartones, los viejos anuncios, los sobres de juguetes. Es la luz; la luz íntima que habla de un hogar. Los bajos vatios, el cable envuelto en plástico. De niño, todo cuadraba; es la luz que atrae con su calma, la sencillez, la solidez del refugio. La humildad se nos ha olvidado, y era el abrazo de todos los hombres lo que hacía que un niño pudiera dormir seguro.

La lluvia es una suerte de inmortalidad. Pisé tus calles en una fiesta animada, reunido el clan, y parecía que fue ayer cuando dejé tu hormigón. Como si diez años no hubieran pasado; todo era igual. Fue al alba cuando descubrí al niño de hace tantísimo. Hay esquinas que no cambian; me daría miedo amanecer en Roma, porque podría descubrirme mirando un patio que miró Catón en alguna noche amarga. La lluvia moja los muros y nos sumerge en un baile de anónimos, y nadie puede decir si es este siglo, si es el dentro de un milenio, si las voces que se oyen al pasar son las de hace décadas.

Luego la noche es echada a patadas por un sol tenue. Yo sólo pienso en la primavera; el sol vuelve a mi recuerdo, la noche helada y el mediodía del perfume de las flores extrañas que habitan entre los parques a la salida del Instituto. Coexiste día y noche en un extraño fenómeno de una latitud perdida. Recuerdo el camino de los Viernes, pero me doy la vuelta y me dirijo a casa. Vivimos y morimos en el tiempo que tarda en caer un pétalo de almendro. Todo sigue estando en orden.

miércoles, febrero 18, 2009

Sobre Angélica Gorodischer

En mi mesa de noche descansa "Bajo las Jubeas en Flor", de Angélica Gorodischer. En la estantería del salón, "Kalpa Imperial". El primer libro lo compré en el Rastro de Madrid hace 10 años, más o menos. El segundo, está precintado, sin abrir, desde mi última visita a Ateneo, en Alicante.

Angélica Gorodischer es una heredera legítima de Borges, de Casares, que mira a las estrellas con un semblante despierto y reposado, y no se atemoriza por imaginar entre la belleza del cielo nocturno las evoluciones de un crucero estelar.
Celebro que no ha muerto, ella que nació en el 28, y renuncio a buscar su imagen en Internet, porque no me interesa su rostro, sino su tinta, su elección sobre el papel y el momento de la tarde en que escribir, sus paseos al sol (su prosa es furiosamente solar) donde germinaron verdades eternas sobre el pensamiento o lo que es lo mismo en este caso, historias.

"Bajo las Jubeas en Flor" es un compendio de relatos publicado por Ultramar Editores en 1987. Es ciencia-ficción, pero es más realismo mágico que se transfigura en ciencia ficción, o ciencia ficción experimental que se convierte en realismo mágico, con su genuino sabor hispanoamericano. Sirvan como ejemplo estas frases de uno de los primeros párrafos de "Onomatopeya del Ojo Silencioso":
- Es una tormenta -me decía Laventor acentuando el verbo, levantando las cejas, tozudamente convencido de que no era posible que no le creyeran-, lo que pasa es que usted piensa en tormentas en términos de rayos y truenos.
Era cierto y para mis adentros yo bendecía las palabras como tormenta que, yo creía, querían decir esa cosa, tormenta, y nada más.
- Pero es que hay muchas clases de tormenta. Tormenta es todo lo que altera profunda y violentamente las más de las veces, la normalidad del clima. Mire ese polvo.
Yo miraba ese polvo.
- Se podría decir que toda tormenta es una enfermedad; en este caso parece que crónica.
Era Laventor el que decía eso, en mi honor. Laventor era el único hombre feliz entre los aracnéusidos (...).

Hay sólo 6 relatos en el libro, aunque uno de ellos, "Veintitrés Escribas", cuenta por muchos. Es un experimento cuyas componentes merecen por si sólas la admiración; ponderar el resultado del mismo es cosa de cada lector. Los restantes son "Bajo las Jubeas en Flor", genial lectura, donde se narran las consecuencias de una omisión y una atrocidad justificada; "Los Sargazos", donde no es difícil percibir la influencia de "El Aleph" de Borges; la mencionada "Onomatopeya del Ojo Silencioso", quizá la más clasificable como ciencia-ficción, que estima una inversión de lo que atribuimos a cuerpo y alma; "Los embriones del violeta", donde se escribe sobre un antiguo sueño humano, quizá tan antiguo que sea más animal que humano, más vital que animal (la clave del relato es una suerte de acertijo dentro del texto que puede ser resuelto con éxito. Fallé al intentarlo; afortunadamente también se revela la solución). Por último, "Semejante Día", el relato final, es una pequeña exploración de un espacio temporal de unas horas, y presenta una partida de un juego inventado pero posible, el Yitu.

Leeré "Kalpa Imperial", pero no sé cuándo. Permanece fuera de la pila de libros pendientes; ignoro si significa que está condenada a una espera indefinida o que tiene prioridad sobre aquélla. Conociéndome, la pila no significa nada más que una forma fácil de diferenciar lo pendiente de lo conocido, pero sus fronteras son difusas; su propósito, cuestionable. Hace años, quizá una década, leí "Bajo las Jubeas en Flor"; buscando en esa época prosa más inmediata, me gustó pero no me impresionó. La relectura ha sido dulce. Quizá lea "Kalpa Imperial" mañana, lo encuentre deplorable, y sin embargo dentro de 10 años disfrute su relectura. El kalpa es un periodo de tiempo inaudito que nos enseñan las religiones orientales: En el Budismo existen cuatro tipos diferentes de kalpas. El kalpa de uso más común dura unos 16 millones de años. En el Hinduismo, un kalpa equivale a 4.320 millones de años.

Mi mente fatigada hila otro recuerdo. Termino así con otra Angelica de imborrables memorias, un momento en la eternidad: esta canción de Anathema, de plena Época Dorada.


Where are you tonight? / Wild flower in starlit heaven / Still enchanted in flight...


sábado, enero 17, 2009

Raudt Og Svart

Raudt Og Svart

Deira dagar har mørkna
Moder jord meld sitt fråfall
Men sverdet har gåt vidare
Til ein ny børar

Me er einsomme menn
Me bør fenresulvens muspell
Skoll skal sluka sola

Me er djerve menn

Sola svartner
Der fjellvegg ramlar
Nå gjestar sorgen
På livets tre (Yggdrasil)

For byleits bror farar
Kva er det ikkje Kampfar klaren?

El título significa "Rojo y Negro". El tema es de Arcturus. El idioma, Nuevo Noruego (Nynorsk). La traducción, la siguiente:

Rojo y Negro

Los días se han oscurecido.
La Madre Tierra anuncia su muerte
pero la espada ha recaido
sobre un nuevo dueño.

Somos hombres solitarios.
Portamos el Muspell del lobo Fenris.
Skoll engullirá el Sol.

Somos hombres valientes.

El sol se oscurece.
Las laderas de la montaña se derrumban.
Ahora acoge la aflicción
del árbol de la vida (Yggdrasill).

Pues el hermano de Byleit viaja,
¿qué no puede el Padre de la Guerra?