Ponga algo de épica en su vida...
Ahora que nos han acostumbrado a mirarnos a nosotros mismos como parte de un hormiguero-máquina, reivindico la figura del héroe. El héroe quizá haya pasado de moda. Ya no gusta el que se levanta y afronta su destino, haciendo de ello algo que merece ser cantado en las noches místicas.
Se tilda de egocéntrico al que apunta un rasgo heróico. Eso en la vida cotidiana, a nuestros vecinos y familiares. El héroe da un poco de vergüenza. Estamos más bonitos de anónimos compradores y críticos.
Pero un buen día se produce el salto, y el héroe es aceptado por los voceadores. Es que a veces no se puede reprimir el sentido heróico que tenemos todos dentro. Sentido doble: capacidad de ser héroes nosotros mismos, pero también capacidad de reconocer y admirar al héroe. Esa capacidad es hija de la nobleza.
¿Quién no ha sido un héroe a su propia manera? Más de los que nos creemos. Quizá lo seas sólo por leer esto ahora. ¿Habría algo de malo en ello?
Pasa la fama que los voceadores del siglo otorgan, y callan las fanfarrias. Pocas son las historias que hoy día trascienden la memoria de una luna, pero aún así, algunas pasan las fronteras y se incorporan al fondo colectivo... quizá sea una épica por encima de las épicas particulares. Pudiera ser. Por ahora, sólo sé que algunas pasan por encima, se unen al ejército viejo pero aún armado de los cantares auténticos. No se olvidan. Se comentan en los parques, en los mercados, alrededor de las nuevas hogueras. Es el sentido profundo de la leyenda, del mito y de la épica, que forma parte de nosotros tanto como el pulgar oponible. Lo llevamos dentro.
Al final todos somos protagonistas de un ciclo épico bello y potente, que es nuestra propia vida. ¿Es preciso retrasar la contemplación de ese cantar de gesta al último verso? Sea consciente de su propio devenir, de las vicisitudes, luchas, victorias y fracasos. Sea consciente del viaje del héroe encarnado sólo para usted en usted mismo. Sea un héroe hoy. Y mañana. Hasta el final.
2 comentarios:
Rydwlf, estoy de acuerdo contigo, esa premisa con la que encabezas tu reflexión podría cambiar el devenir de muchas vidas, simplemente con el hecho de que cada uno,hombre o mujer la hiciera suya, tomando consciencia de que sus vidas tienen un valor inconmensurable...
Aunque simplemente,tal vez el héroe sea aquel que ha hecho un descubrimiento precioso:
En su interior, ha hallado un luchador (un guerrero de la luz) que le hace valorar cada paso que da y le sabe dotar de un significado y un aprendizaje;es un sabio que gusta de la sencillez y de la alegría, que protegerá su luz y la de sus seres queridos hasta el final.
SALUDOS
Eylo,
Gracias por el comentario, que es el primero de este blog.
Elogiar la sencillez y la alegría, cuidar la luz propia y de los suyos, esa en verdad debería ser la misión de cada uno de nosotros, y eso es a lo que aspiro.
Un saludo.
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