viernes, marzo 07, 2008

Cenotl

Sumergirse en el Pozo
de aguas negras, heladas.
Un frío de antes de la creación
cuando no eran las estrellas sino un sueño
o nosotros no nadábamos siquiera
en las aguas felices del seno materno.

Sumergirse en esa Negrura
en esas aguas de frío que penetra hasta la médula,
que penetra como hilos o agujas
agujas infinitesimales
hasta anular nuestros nervios,
disolver nuestros huesos.

Sumergirse sin miedo en el Frío
sentir la muerte uno a uno de cada pensamiento
abrazar la negrura del alma absoluta
detener cada molécula y cada sueño
ser uno y todos y uno y por fin nada.

Sumergirse sin miedo en la Pureza
una vez hecho sólo negrura y frío y nada,
sentir la muerte de todos los pecados
y resurgir limpio, impoluto, nuevo, completo
y al Sol hacer del frío el primer y único recuerdo.

2 comentarios:

Morrigan dijo...

Inquietante poema, pero hermoso.
La foto me encanta. Me hace pensar en serenidad: bajo la superficie del agua, todo me parece tranquilidad y silencio.

Rydwlf dijo...

Hola, Morrigan, y gracias por el comentario.

Es cierto que el poema es inquietante. Parece que habla sobre la muerte, pero creo que en realidad habla acerca del pecado, o mejor dicho, de su redención; de cómo podemos intentar alcanzarla. ¿Se puede identificar contrición con purificación?

El poema (o frases, no me atrevo a llamarlo poema) también remueve las entrañas porque al fin y al cabo puede decirse que describe un viaje iniciático, y todos podemos sentir la fuerza de esos viajes. O también se puede decir que un viaje iniciático es también un reflejo de una muerte y una resurrección, y eso nos toca también a todos.

Los cenotes eran sagrados para los mayas. A ellos se arrojaban víctimas propiciatorias en rituales relacionados con las aguas y la lluvia. Muerte, agua, vida, tierra... siempre los mismos símbolos, y siempre nuestra atracción hacia ellos, pues en parte son lo que somos.

Gracias de nuevo por el comentario.
Salud!