lunes, agosto 28, 2006

Daimon de Jünger

Como vuelvo de otro corto período de vacaciones, esta vez el último hasta dentro de no sé cuánto, hoy sólo comentaré por encima esta cita de Ernst Jünger que me hizo reflexionar el verano pasado- y por cierto, me parece mentira que ya pueda hablar de "verano pasado"... qué rápido pasan los años. En fin, la cita. Está extraida de "El Sueño de Aladino", y en mis notas la relaciono con "la historia del último siglo" (no sé si la nota es mía o apunté el nombre del capítulo correspondiente en el libro):
Todos los dioses han caído, excepto Dionisos, ¡pero él no es un Dios! sino un daimon, un titán.

¿Resultado? Quizá sea este el siglo de la autogratificación. El ocio se santifica. Démosle una vuelta a la tuerca: ¡leer por ocio! No por sentido de utilidad. ¿Es eso moral? ¿Se ha leído siempre por ocio? Intentemos invertir la visión, a ver qué descubrimos.

Notas rápidas que me vienen a la cabeza: ¿realmente han caído todos los dioses? O: los dioses han caído, los titanes no. Recuerdo los rasgos comunes de las religiones proto indoeuropeas, las atrevidas reconstrucciones que sin embargo me parecen llenas de sentido común: el panteón doble (recordemos el eco de Æsir y Vanir, Olímpicos y Titanes); una raza de dioses del cielo, una aristocracia divina, y por otra parte, unas deidades de la fuerza vital más primitivas. Quizá la espiral esté retrocediendo (¿siendo forzada a retroceder?). Para Jünger hemos dado la espalda a esa raza de dioses clásicos, de la luz y el cielo abierto, y nos hemos centrado en la adoración de los titanes, de la parte cthónica de nuestra naturaleza. Recordemos también que muchos ven en estos Ansu (es forma protoindoeuropea reconstruida) la evolución de los genios y pequeñas deidades de la naturaleza, de poder modesto pero terrible cada uno en su ámbito. Puede ser entonces que nos estemos dando la vuelta a una dimensión más humana de nuestra esencia, una suerte de ejercicio de humildad en nuestra intención como especie. Si es así, no debería verse como un paso hacia atrás. Nos movemos en espirales. Volver a encontrarnos con nuestra esencia más primitiva parece necesario ahora que nos hemos encaminado, en lo que parece un camino equivocado, hacia lo celestial, lo abstracto. Una vez volvamos a saber quiénes somos, qué somos en realidad, podemos volver a mirar hacia el cielo, quizá, y aspirar a nuestra otra realidad divina.

sábado, agosto 19, 2006

A Isengard

Me lo comentaban unos buenos amigos hace unas semanas, mientras nos dirigíamos hacia Madrid: atravesábamos la zona en obras de la M-30, esa gran serpiente que como una Jörmungandr moderna ha rodeado a la capital en un círculo de tierras abiertas, polvo y ruido. Me dijeron que otros buenos amigos comparan la zona con la Isengard que aparece en las películas de El Señor de los Anillos.

            

¿No he dicho ya que muchas veces el mundo se recrea en ofrecernos escenas en las que la fantasía puede palparse sólo con extender la mano? De noche, es posible, incluso, ver orcos entre el fuego y el humo.

            

No vendrán sin embargo los pastores de Fangorn a vengar la profanación. Esperemos al menos que se cumplan las promesas de los gobernantes y una vez terminadas las obras podamos ver recios árboles en las amplias avenidas que nos han mostrado en sus folletos.

lunes, agosto 14, 2006

Leyendas Vivas

Este proyecto se autodefine como de "catalogación, conservación y divulgación de los árboles más singulares del territorio español". Lo conocí a través de la prensa; el proyecto tiene una sección de divulgación que consta en una exposición fotográfica itinerante. La web dispone de algo de material y de medios para que cualquiera pueda colaborar enviando datos sobre algún árbol destacado que conozca. Con este método, todavía activo, se recibieron datos de 3543 árboles con leyendas o historias populares relacionadas con ellos, la mayor parte desde Castilla y León, seguido de Cataluña y Aragón.

El equipo publicó un libro llamado "Árboles. Leyendas Vivas" en el que se cuentan las peculiaridades de 100 de los árboles más singulares del territorio español.

Leyendas Vivas parece ser obra de una asociación u ONG (no he podido encontrar nada claro) llamada Bosques sin Fronteras, también encargados del proyecto "Los Últimos Olmos Ibéricos", del que se puede obtener más información aquí. He visto una entrevista que me ha gustado a su presidenta, Susana Domínguez.

De la propia web de Leyendas Vivas: "Son los seres vivos más grandes y más viejos del planeta, nuestros pulmones y verdaderos productores de oxígeno. Son fuente de bienes y aprovechamientos fundamentales para los hombres. Nos proporcionan descanso, frescor y equilibrio psíquico. Todos ellos han sufrido la explotación incontrolada durante milenios y sólo han podido resistir a lo largo del tiempo unos pocos. Algunos de estos árboles son auténticos monumentos históricos, de gran tamaño y longevidad.
Han sufrido guerras, fuegos y talas descontroladas. Han asistido a juramentos, pactos y rendiciones. Poca gente lo sabe y casi nadie los conoce, son los auténticos olvidados."

martes, agosto 08, 2006

Galicia (Cazadles. Feridles. Dadles mala muerte).

Vuelvo de pasar unos días en Galicia.

Vengo con el recuerdo de unos días maravillosos, en una tierra de paisajes encantadores y de gentes agradables y hospitalarias.

Sin embargo, los últimos días de nuestra visita se han visto ensombrencidos por la ola de incendios que como una plaga de destrucción campa a sus anchas por el territorio norteño.

Recuerdo la noche del viernes y del sábado, escuchando los partes de la Radio Galega, y de RNE 5, con verdadera ansiedad. ¿Cómo era posible? Los bosques que me habían maravillado nada más cruzar desde Zamora, estaban siendo asolados. El sábado por la mañana estuvimos a un km de uno de los focos principales, el de Moaña, donde habíamos ido a visitar la Iglesia románica de San Martiño.

La gente del pueblo iba por las calles, aún con bastante calma, con mesura, con esa calma que me han dicho que es gallega. El aire olía a humo y nos comenzaba a llegar alguna ceniza que otra. Al salir del pueblo en dirección Vilaboa fue cuando vimos las torres de humo. La carretera no estaba cortada y venían coches en el sentido opuesto, con lo cual nos atrevimos a seguir. Al fin y al cabo es una carretera que va pasando por todos los pueblos del litoral de la Península del Morrazo, con lo cual no revestía mayor peligro, aunque la verdad es que teníamos presente la muerte un día antes de dos personas que habían sido atrapadas por el fuego en una carretera comarcal. Desde Domaio la vista era terrorífica y deprimente. Las llamas avanzaban en frente, y al fondo, monumentales columnas de humo y fuego. Nos cruzamos con algún retén que se preparaba para luchar contra las llamas y con alguna persona de protección civil. Lo cierto es que no se veía mucha coordinación, ni presencia de autoridades en las carreteras. Sí que vimos algún hidroavión y helicópteros anti-incendios.


Esa noche en la radio decían que había 14 focos controlados y unos 33 activos. Hoy he oído que había 60 activos. Estamos ante una catástrofe ecológica. Terrorismo ecológico, decía Adela Figueroa, de la asociación ecologista ADEGA, quien reclamaba la intervención del ejército (algo que no me parece mal, de hecho parece ser que ayer por fin se hizo).


Se me revolvían las entrañas oyendo las noticias y viendo con mis propios ojos la muerte de miles de árboles, supongo que la mayoría de ellos centenarios. Estaba claro desde el primer momento que por el gran número de focos y la simultaneidad de los incendios, se trataba de incendios provocados en el 90% de los casos. Eso ni se duda. Lo que no he visto tan explícitamente dicho, a pesar de que saltaba también a la vista desde el primer momento, es la tarea de planificación que ha debido haber detrás de esta repulsiva orgía pirómana.


Estaba bien claro por el número de focos que el objetivo ha sido saturar las posibilidades y medios disponibles para luchar contra el fuego. Creando más de 40 focos simultáneamente, se hizo imposible que se pudieran dedicar recursos para controlar todos los fuegos. Esto no es paranoia, ni consparanoia. ¿Existirá en algún sitio, en una habitación o despacho un mapa de Galicia en el que están marcados todos estos focos? Venga, hombre. Es ingenuo pensar que todo esto ha sido casual. Lo que no sé, y donde no me quiero meter, es en las motivaciones que puede haber detrás de todo esto. En los medios y los mentideros se ha oído de todo: política, urbanización (lo dudo, muchas de las zonas son agrestes y no creo que aptas para la construcción), resentimiento de personas que no han sido contratadas para los retenes (!), mafias (?).


Da igual, el mal está hecho. Pero pienso lo siguiente: descarto que estos incendios hayan sido causados por pirómanos al uso, enfermos mentales con una desviación que les hace cometer estos crímenes. Repito, la magnitud y la escala hacen sospechar en una planificación detrás de todo esto. Y aquí es donde voy: al margen de las motivaciones, está claro que hay algunas personas que han cogido combustible y llama, y sabiendo la que iban a montar, han prendido fuego al monte, además, sabiendo en muchos casos que las llamas iban a tirar hacia zona poblada.

Tenemos por tanto una colección de individuos que siguiendo sus propias motivaciones, o la de otros, han cometido este crimen. Ahí está el primer punto: educación. Sólo una persona a la que se ha fracasado en educar puede estar dispuesta al crimen, si damos por sentado que no lo hace por una necesidad perentoria o simple desviación mental o sociopsicópata. Desgraciadamente, se sigue descuidando la educación de la población desde hace décadas, y por supuesto, sigue existiendo gente sin miras, sin perspectiva, dispuesta a este tipo de actividad delictiva.


Lo sé: ingenuo, necio, no se puede pretender que la educación acabe con este tipo de problemática. Tenéis razón; segundo punto: castigo. Basta ya de permisividad. Castigo ejemplar para el culpable. Llegado a un punto de brutalidad, sólo el castigo evita la repetición de conductas criminales. Imposibilita o dificulta la repetición del crimen por parte del agresor, inhibe la ejecución por parte de otros. ¿Rehabilitación? Sí, pero tras el castigo. Defiendo la protección del inocente frente a la vacua e inútil corrección política, desprovista de sinceridad y honor. Basta de acusaciones, bla bla bla, algo falla. Los humanos claman: haced algo, parad esto, castigad al culpable para que no se repita.


Siguen muriendo árboles y no es una muerte silenciosa. El aullido del viento en las llamas es estremecedor. El sábado anocheció bajo una luna roja y el domingo amaneció una lluvia de cenizas. Yo sé de quién son lágrimas.

PS. Podéis pulsar sobre cada foto para verla ampliada.