martes, mayo 23, 2006

Vocación

Encontrado en una web sobre el mundo laboral:

Most people's deepest vocational passions fall within three categories: teaching, healing, and creating.
(Las pasiones vocacionales más profundas de la mayoría de la gente caen dentro de 3 categorías: enseñar, curar y crear).

¿No es así? A mi me parece muy cierto. ¿Qué estamos haciendo entonces con nuestras vidas? Cuando terminemos el último día, ¿qué recordaremos que nos llene de orgullo?

Desde lejos, las motivaciones principales del ser humano han sufrido ninguna o poca variación a lo largo de su andadura sobre el planeta. De cerca, las culturas han mutado de mil y una maneras, pero esta mutación ha sido pocas veces profunda y por tanto significativa. Casi todos los cambios han sido superficiales, incluso en lo sociológico, político y no digamos lo espiritual. Es en lo superficial donde se ha registrado esa fertilísima variación que hace anticuadas las formas antropológicas que 50 años antes estaban en boga.

En los últimos tiempos se ha instaurado una visión de nuestro modo de vida occidental-oriental. Aunque los noticiarios de este primer o segundo mundo insisten en las imperfecciones de la vida cotidiana, transluce la opinión de que nuestro día a día es un gran logro comparado con otras épocas. Pero sin duda se puede afirmar que este mundo no es tan ideal como nos lo han pintado. Creo que en cada época las personas han sido tan vanidosas, o tan miopes, que se han considerado la culminación de la evolución humana; así pasa hoy día también. Creemos que dentro de 50 años seremos igual que ahora... craso error, la historia así lo muestra. Pero el error de perspectiva histórica se repite. Visto con la óptica adecuada, la diferencia es ínfima, despreciable como se diría en términos matemáticos.

Forzados a sobrevivir no sólo en lo orgánico sino en gran medida en lo social, el ser humano se encuentra hoy privado de mucha de su libertad. Entre esas libertades sacrificadas, muy a menudo se encuentra la de recorrer el camino del propio destino.
Eso cuando se llega a ser consciente de esa libertad perdidad. El aparato educativo se preocupa, por omisión o emisión, de modelar con mayor o menor severidad el alcance de la conciencia.

"El contenido de la enseñanza depende de quien controle la sociedad. Pero el poder de la escuela conforma un tipo especial de carácter que se ajusta a las necesidades de un poder dominante de la sociedad. Para críticos como Godwin y Ferrer el proceso de socialización de las escuelas prepara ciudadanos que se someterán a la autoridad del Estado y servirán como leales trabajadores en la nueva sociedad industrial. Y este proceso de socialización enseña a las personas a aceptar su posición social y les crea una dependencia hacia una sociedad consumista organizada irracionalmente."
Joel Spring, "Introducción a la educación radical".


¿Qué hacer, pues? Aprovechar el día a día y con voluntad y conciencia el espacio que se deja a nuestro libre albedrío para realizar esas motivaciones. Sólo así venceremos esa curiosa paradoja de nuestro siglo (o década).

4 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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