Cuando debas afrontar un reto, cuando debas enfrentarte a un deber.
Cuando debas luchar. Recuerda.
Tendemos a pensar que estamos fuera (por encima) de la Naturaleza. Pero somos de ella. Y olvidamos también que nuestro enemigo, nuestro reto, también pertenece a ella, sea físico o abstracto, pegue contra tu piel o esté a mil años de ti.
Olvidamos por tanto uno de los poderes de la naturaleza: el del tallo que se abre paso entre el asfalto, el de la ola que carcome el precipicio. Pero tenemos ese poder. Observa, espera. Busca el resquicio y la grieta. Cuando no puedas más, cuando sufras, espera, observa y no pierdas la esperanza. Porque el mundo está gobernado por las mismas leyes que nosotros, y si nosotros podemos doblegarnos y rompernos, también puede eso que nos aflige romperse y doblegarse. Una grieta acabará manifestándose, un punto débil, un acceso a nuestra voluntad.
Piensa en ello cuando debas luchar.
8 comentarios:
Jo, qué bonito. Además me siento muy identificada con esta entrada. Sin embargo, me pregunto ¿puede ser una planta más paciente que un hombre? A fin de cuentas, el tiempo pasa de modo diferente para unos y otros.
bonita entrada, si señor. Y grandísima lección que recordar cuando los problemas nos aflijan. Igual que surgen los problemas puede surgir una solución, ¿no? Lo chungo es recordarlo en el momento ;)
Gracias, de veras, por los comentarios.
¿Puede ser una planta más paciente que un hombre? Sí, en efecto. También son distintos los retos que afrontan cada uno. Nuestro mundo es rápido, y por ello somos rápidos. Y la mayoría de los retos que nos afligen pertenecen a nuestro mundo, al de los seres humanos. Pero los procesos son los mismos. Y tan perteneciente a la naturaleza es nuestro contrario como nosotros.
Cuán a menudo nos sentiríamos llorando por lo que acaba de caer sobre nuestro enemigo, si lo supiéramos.
Salud, amigos.
espera tío, que estoy intentando que se me quite la cara de Ortega Y Pacheco...
Tío, no estoy de acuerdo en lo que dices de las plantas... depende de la planta, pero para una flor el mundo no es nada lento... para una secuoya gigante puede que si sea más lento pero para las flores... excepto para los tulipanes que traje de Holanda, que los cabrones se lo toman con calma!
Eso si, tienes razón de que todos soms parte de la naturaleza... y ciertamente si nos alegramos por lo malo que le pasa a nuestro enemigo es porque no coprendemos aquello que le pasa...
Amigo Goldman, que me parece que estamos de acuerdo los dos...
¿Puede ser una planta más paciente que un hombre?, preguntaba Morrigan, y yo digo: Un hombre puede ser tan paciente como una planta. O dicho de otra forma, el mundo de la planta es igual de rápido para las plantas como es el mundo de los hombres para los hombres.
Gracias Rydwlf por la respuesta. Le veo lógica hermética (Lo que es arriba, es abajo), aunque no sé si la comparto del todo. No dudo que la vida de los árboles pueda ser agitada y acelerada, si la comparamos con las montañas o con el universo, pero estoy segura de que no se complican tanto como nosotros.
Por cierto, me habéis hecho recordar un poema de Benedetti y un verso que dice: "¿los árboles serán acaso solidarios?" Y esto me hace preguntarme más cosas: ¿se estresan los árboles? ¿se desesperan? ¿sienten pasiones? Simplemente creo que esto es más una Personificación para intentar comprender.
¡Hola! Muy bueno el comentario.
Hummm... yo decía más bien que el árbol se enfrenta a luchas de árbol. Nosotros, a luchas de humano. Ambos son retos, oposiciones, contrarios, cada uno igual de serio (o de banal) para la especie de que se trate, dentro de su escala.
Lo que no hay que olvidar... es que al igual que el árbol formamos parte de la Naturaleza. A otra escala, tenemos las mismas fuerzas, las mismas estrategias. Muy a menudo lo olvidamos, o eso me parece. No podemos abrir la tierra con raíces, porque no las tenemos; pero sí podemos ver cómo funcionan las raíces, y podemos pensar cómo podemos remedarlas. No sabemos de las durezas de la tierra (o las sabemos otras), pero están sometidas a las mismas debilidades que nuestro oponente.
Es cuestión de escalas, y de no olvidar que aun a distinta escala las fuerzas son de la misma esencia. De ahí podemos sacar fuerza.
¿Serán los árboles solidarios? Puede ser. Pero lo veo más una forma de hermandad. La solidaridad es un concepto demasiado humano y últimamente abusado hasta la devaluación, ¿no os parece?
Saludos.
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